Australia es, sin lugar a dudas, la referencia con mayúsculas cuando. La Gran Barrera de Coral es el destino soñado de cualquier amante del buceo, y Byron Bay el icónico lugar de culto para cualquier surfista que se precie. Pero no te descubrimos nada nuevo si te decimos que Australia es mucho más que olas y coral: el edificio de la Opera de Sidney se erige como el emblema de una ciudad joven, moderna y abierta al mundo; Melbourne atesora una combinación de arte, música y gastronomía, que la dotan de un espíritu único.
Nueva Zelanda es el paraíso al otro lado del mundo. Un rincón de este increíble planeta que tenemos la suerte de habitar, y en el que puedes encontrar tesoros de la talla de Rotoura, una inusual combinación de aguas sulfurosas, balnearios y cultura maorí; o los impresionantes acantilados e interminables cascadas de Milford Sound.
Un conjunto de poco más de cien islas agrupadas bajo el nombre de Polinesia Francesa, auténticas perlas de coral en medio del Océano Pacífico, cuyo singular y preciado tesoro no es otro que la simplicidad de su cotidiana existencia. Perlas como Tahití, Bora Bora o Moorea, para las cuales huelga cualquier tipo de presentación. Estamos seguros de que querrás conocerlas.
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